El Papa Francisco ora en la Misa en Santa Marta por
quienes lloran
Este 29
de marzo, V Domingo de Cuaresma, en la Misa en Santa Marta,
el
Santo Padre rezó por los que sufren en este tiempo de aflicción. En su
homilía
recordó
que Jesús también lloró: hoy mucha gente llora, pidamos la gracia de
saber llorar
con ellos.
Vatican
News
En la
Misa matutina celebrada – y transmitida en vivo – en la Capilla de la
Casa
Santa Marta, este V Domingo de Cuaresma, “Domingo del llanto”,
el Papa
Francisco pidió especialmente por las personas que sufren a
causa
de la pandemia del coronavirus:
“Pienso en tanta gente que llora: gente aislada, gente en
cuarentena,
los ancianos solos, personas hospitalizadas y personas en
terapia, padres
que ven que, porque no hay el salario, no podrán alimentar
a sus hijos.
Mucha gente llora. Nosotros también, desde nuestro corazón,
los
acompañamos. Y no nos hará daño llorar un poco con
el llanto del Señor por todo su pueblo”.
En su
homilía, comentando el Evangelio de Juan (11, 1-45) sobre
la
resurrección de Lázaro, el Pontífice habló del llanto de Jesús
por su
amigo. Jesús llora con amor, llora con los suyos que lloran,
llora siempre por amor, tiene un corazón
lleno de compasión.
Hoy en
día, frente a un mundo que sufre por la pandemia – se preguntó
el Papa
– ¿somos capaces de llorar como Jesús? Muchos lloran hoy.
Pidamos
la gracia de llorar.
A
continuación la homilía:
***
Homilía
del Santo Padre
Jesús
tenía amigos. Amaba a todos, pero tenía amigos con los cuales tenía una
relación
especial,
como se hace con los amigos, de más amor, de más confianza… Y muchas,
muchas
veces se quedaba en casa de estos hermanos: Lázaro, Marta, María… Y Jesús
sintió
dolor por la enfermedad y la muerte de su amigo. Llegó a la tumba y, se
conmovió
profundamente y muy turbado, preguntó: “¿Dónde lo habéis puesto?” (Jn 11,34).
Y Jesús
estalló en lágrimas. Jesús, Dios, pero hombre, lloró. En otra ocasión
en el
Evangelio se dice que Jesús lloró: cuando lloró por Jerusalén (Lc 19,41-42).
¡Y con
cuanta ternura llora Jesús! Llora desde el corazón, llora con amor,
llora
con los suyos que lloran. El llanto de Jesús. Tal vez, lloró otras veces
en
la vida
—no lo sabemos— ciertamente en el Huerto de los Olivos. Pero Jesús llora
por
amor, siempre.
Se
conmueve profundamente y muy turbado lloró. Cuántas veces hemos escuchado
en el
Evangelio esta emoción de Jesús, con esa frase que se repite: “Viendo,
tuvo
compasión”
(cf. Mt 9,36; Mt 14,14). Jesús no
puede mirar a la gente y no sentir
compasión.
Sus ojos miran con el corazón; Jesús ve con sus ojos, pero ve con su
corazón
y es capaz de llorar.
Hoy,
ante un mundo que sufre tanto, ante tanta gente que sufre las
consecuencias
de esta
pandemia, me pregunto: ¿soy capaz de llorar, como seguramente lo habría
hecho
Jesús y lo hace ahora? ¿Mi corazón se parece al de Jesús? Y si es demasiado
duro,
si bien soy capaz de hablar, de hacer el bien, de ayudar, pero mi corazón
no
entra,
no soy capaz de llorar, debo pedir esta gracia al Señor: Señor, que yo
llore
contigo,
que llore con tu pueblo que en este momento sufre. Muchos lloran hoy.
Y
nosotros, desde este altar, desde este sacrificio de Jesús, de Jesús que no se
avergonzó de llorar, pedimos la gracia de llorar. Que hoy sea para todos
nosotros como el domingo del llanto.
nosotros como el domingo del llanto.
Oración
para la Comunión espiritual
Creo,
Jesús mío, que estás realmente presente en el
Santísimo Sacramento del
altar.
Te amo
sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma.
Ya que no puedo recibirte
sacramentalmente ahora, ven al menos
espiritualmente a mi corazón. Y como si te
hubiese recibido,
me abrazo y me uno todo a ti.
No permitas que jamás me
aparte
de ti.
AMÉN