El Pontificio Consejo para los Trabajadores de la Salud, de la Santa Sede, dijo que trabajaba para establecer una serie de normas para los médicos, enfermeros y otros cuidadores de la salud católicos que atienden a pacientes de VIH y sida.
El papa Benedicto XVI dijo el año pasado en una entrevista que un varón prostituto que usa un condón para prevenir la transmisión del VIH podría revelar un indicio de moralidad sexual, debido a que busca preservar el bienestar de otra persona.
El comentario provocó confusión acerca de si el pontífice justificaba el uso del condón, rompiendo la tradición de la doctrina de la Iglesia católica. El Vaticano insistió en que no era así.
Monseñor Jean-Marie Mpendawatu Mate Musivi, subsecretario en la oficina de salud del Vaticano, dijo a la prensa que la aclaración de los comentarios papales serían explicados en la conferencia del 28 de mayo, a la que han sido invitados el director del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) y otros prominentes investigadores de a enfermedad.
Destacó que la posición de la Iglesia acerca de cómo combatir el sida va mucho más allá de la cuestión del condón y se centra en programas de prevención a nivel escolar, comunitario y familiar. La Iglesia ha insistido en que la abstinencia y el matrimonio monógamo son los mejores medios para prevenir la transmisión del VIH.
Sin embargo, el comentario de Benedicto XVI sorprendió a muchos porque fue la primera vez que un pontífice reconocía que los condones eran efectivos contra el VIH. Durante un viaje al África en 2009, Benedicto XVI dijo que el sida no podía resolverse distribuyendo condones y que, por el contrario, "agrava el problema".
El Vaticano se vio obligado a emitir tres aclaraciones oficiales, la última de las cuales fue el 21 de diciembre por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
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