Traigo una mala y triste noticia sobre un terrible acontecimiento que sucedió el mes pasado en Italia. Tanto que hemos hablado sobre el suicidio y nuestro deber para evitarlo. Y luego viene esta noticia a mover todo nuestro mundo y llenarlo de tristeza. Seguramente el Papa y la Curia Romana se enteraron de esto. Después de esta herida en el corazón de toda la comunidad de la Iglesia, no entiendo cómo es posible que noticias como la que publiqué en la entrada anterior sean posibles sin avistamientos a la conversión. Don Luca recibió cristiana sepultura el 02 de diciembre y su ceremonia fue oficiada por Mons Scanavino. En momentos conmovedores como estos es cuando debemos levantar nuestra mirada al Padre Bueno y pedir toda su ayuda para cambiar esta situación.
Luca Seidita, diácono de Orvieto: suicidio después de la denegación por la Santa Sede.
01 de diciembre de 2010 Fan Page
"Yo quería ser sacerdote y toda mi vida la dediqué a esto, pero me fue denegado". Martes por la noche, alrededor de las 21:30, Luca Seiditia se lanzó desde el acantilado de Orvieto, murallas medievales de la ciudad de unos 30 metros de altura. Su cuerpo fue descubierto por un transeúnte que estaba caminando con su perro en esa misma área.
En este punto uno se pregunta por qué un joven diácono, deseoso de llegar a ser sacerdote, ha decidido matarse estando conciente de la gravedad del acto, considerado un pecado mortal por del catolicismo moderno.
Luca, originario de Lecce, se trasladó a Orvieto en 2005, donde completó sus estudios de teología en la Universidad Lateranense. Después de haber servido como secretario del Obispo, fue nombrado diácono, en espera de recibir el sacramento sacerdotal por la Santa Sede. El pasado martes, según lo dicho por Monseñor Scanavino, Luca recibió una respuesta que lo dejó profundamente perturbado: ¿Qué he hecho? Dígame lo que hice...". La Santa Sede describió al joven como "no es lo suficientemente maduro para ser sacerdote". Y por eso, el sueño de Luca desapareció, así como su vida.
Antes de hacer lo que se llama un gesto tonto, Seiditia escribió una carta en su computadora, en la que explica las razones de su suicidio, no relacionadas ciertamente con su homosexualidad, como muchos han especulado, sino a la conciencia de ser un joven frágil y, por lo tanto, muy sensible. Monseñor Scanavino lo recuerda con palabras alegres y de profundo afecto mezcaladas con amargura: "Él quería ser sacerdote a toda costa, porque era el ideal que siempre persiguió. Para mí estaba listo para ser sacerdote. Hubo diferencias de apreciación, lo que es lógico en una comunidad plural. Siempre traté de darle la oportunidad de demostrar su convicción de poder llegar a ser sacerdote. No fue la evaluación de la madurez del diácono".
Luca recibió la respuesta a través de un fax en la Nunciatura durante la noche del lunes. El martes, con Mons. Scanavino, el joven fue a la Congregación de Obispos, en donde por segunda vez se le dijo: "no". Tal vez ese monosílabo fue para él tan pesado y doloroso, que no soportó la espera de un aplazamiento. El jueves, el ataúd de Luca debe dejar Orvieto por la Puglia, donde por última vez será recibido por sus familiares durante una breve ceremonia religiosa.
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