“Esta fue la culpa de su hermana Sodoma: ella y sus hijas tenían orgullo, exceso de comida y próspera tranquilidad, pero no ayudaron al pobre y al necesitado”. (Ez 16, 48-49)

miércoles, 18 de agosto de 2010

Vía Lucis

Hay una devoción popular con tradición desde la edad media, que es el Via Crucis (el camino de la cruz). En él se recorren los momentos más sobresalientes de la Pasión y Muerte de Cristo: desde la oración en el huerto hasta la sepultura de su cuerpo (cf. "Via Crucis según los relatos evangélicos"). Pero ésta es la primera parte de una historia que no acaba en un sepulcro, ni siquiera en la mañana de la Resurrección, sino que se extiende hasta la efusión del Espíritu Santo y su actuación maravillosa.

El Via Lucis, "camino de la luz" es una devoción reciente que puede complementar la del Via Crucis. En ella se recorren catorce estaciones con Cristo triunfante desde la Resurrección a Pentecostés, siguiendo los relatos evangélicos. Incluímos también la venida del Espíritu Santo porque, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: "El día de Pentecostés, al término de las siete semanas pascuales, la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como Persona divina" (n.731).

CÓMO REZAR EL VÍA LUCIS

Para rezar el Via Lucis, en que compartimos con Jesús la alegría de su Resurrección, proponemos un esquema similar al que utilizamos para rezar el Via Crucis:

1. Enunciado de la estación;
2. Presentación o monición que encuadra la escena;
3. Oración que pretende tener un tono de súplica
4. Avanzando entre una estación y otra

VIA LUCIS

Por la señal...

Oración.- Señor Jesús, con tu Resurrección triunfaste sobre la muerte y vives para siempre comunicándonos la vida, la alegría, la esperanza firme. Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles, de las mujeres y de tus discípulos enseñándolos a amar con obras, fortalece también nuestro espíritu vacilante,para que nos entreguemos de lleno a Ti. Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima la alegría de tu Resurrección gloriosa. Tú que nos has abierto el camino hacia el Padre, haz que, iluminados por el Espíritu Santo, gocemos un día de la gloria eterna. Amén.

Canto de Resurrección

 1ª Estación.- ¡Cristo vive!, ¡Ha resucitado!: Señor Jesús, hemos querido seguirte en los momentos difíciles de tu Pasión y Muerte, sin avergonzarnos de tu cruz redentora. Ahora queremos vivir contigo la verdadera alegría, la alegría que brota de un corazón enamorado y entregado, la alegría de la resurrección. Pero enséñanos a no huir de la cruz, porque antes del triunfo suele estar la tribulación. Y sólo tomando tu cruz podremos llenarnos de ese gozo que nunca acaba.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

2ª Estación.- El encuentro con María Magdalena: Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, la tradición cristiana nos dice que la primera visita de tu Hijo resucitado fue a ti, no para fortalecer tu fe, que en ningún momento había decaído, sino para compartir contigo la alegría del triunfo. Nosotros te queremos pedir que, como María Magdalena, seamos testigos y mensajeros de la Resurrección de Jesucristo, viviendo contigo el gozo de no separarnos nunca del Señor.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

3ª Estación.- Jesús se aparece a las mujeres: Señor Jesús, danos la valentía de aquellas mujeres, su fortaleza interior para hacer frente a cualquier obstáculo. Que, a pesar de las dificultades, interiores o exteriores, sepamos confiar y no nos dejemos vencer por la tristeza o el desaliento, que nuestro único móvil sea el amor, el ponernos a tu servicio porque, como aquellas mujeres, y las buenas mujeres de todos los tiempos, queremos estar al servicio de los demás.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

4ª Estación.- Los soldados custodian el Sepulcro de Cristo: Señor Jesús, danos la limpieza de corazón y la claridad de mente para reconocer la verdad. Que nunca negociemos con la ella para ocultar nuestras flaquezas, nuestra falta de entrega, que nunca sirvamos a la mentira, para sacar adelante nuestros intereses. Que te reconozcamos, Señor, como la Verdad de nuestra vida.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

5ª Estación.- Pedro y Juan contemplan el Sepulcro vacío: Señor Jesús, también nosotros como Pedro y Juan, necesitamos encaminarnos hacia Ti, sin dejarlo para después. Por eso te pedimos ese impulso interior para responder con prontitud a lo que puedas querer de nosotros. Que sepamos escuchar a los que nos hablan en tu nombre para que corramos con esperanza a buscarte.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

6ª Estación.- Jesús en el Cenáculo muestra sus llagas a los Apóstoles: Señor Jesús, danos la fe y la confianza para descubrirte en todo momento, incluso cuando no te esperamos. Que seas para nosotros no una figura lejana que existió en la historia, sino que, vivo y presente entre nosotros, ilumines nuestro camino en esta vida y, después, transformes nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el tuyo.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

7ª Estación.- En el camino de Emaús: Señor Jesús, ¡cuántas veces estamos de vuelta de todo y de todos! ¡tantas veces estamos desengañados y tristes! Ayúdanos a descubrirte en el camino de la vida, en la lectura de tu Palabra y en la celebración de la Eucaristía, donde te ofreces a nosotros como alimento cotidiano. Que siempre nos lleve a Ti, Señor, un deseo ardiente de encontrarte también en los hermanos.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

8ª Estación.- Jesús da a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados: Señor Jesús, que sepamos descubrir en los sacerdotes otros Cristos, porque has hecho de ellos los dispensadores de los misterios de Dios. Y, cuando nos alejemos de Ti por el pecado, ayúdanos a sentir la alegría profunda de tu misericordia en el sacramento de la Penitencia. Porque la Penitencia limpia el alma, devolviéndonos tu amistad, nos reconcilia con la Iglesia y nos ofrece la paz y serenidad de conciencia para reemprender con fuerza el combate cristiano.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

9ª Estación.- Jesús fortalece la fe de Tomás: Señor Jesús, auméntanos la fe, la esperanza y el amor. Danos una fe fuerte y firme, llena de confianza. Te pedimos la humildad de creer sin ver, de esperar contra toda esperanza y de amar sin medida, con un corazón grande. Como dijiste al apóstol Tomás, queremos, aún sin ver, rendir nuestro juicio y abrazarnos con firmeza a tu palabra y al magisterio de la Iglesia que has instituido, para que tu Pueblo permanezca en la verdad que libera.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


10ª Estación.- Jesús resucitado en el lago de Galilea: Señor Jesús, haz que nos sintamos orgullosos de estar subidos en la barca de Pedro, en la Iglesia. Que aprendamos a amarla y respetarla como madre. Que ella nunca olvide cómo le enseñaste a pescar tendiendo las redes. Enséñanos, Señor, a apoyarnos no sólo en nosotros mismos y en nuestra actividad, sino sobre todo en Ti. Que nunca te perdamos de vista, y sigamos siempre tus indicaciones, porque sólo así recogeremos frutos abundantes que serán tuyos, no nuestros.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

11ª Estación.- Jesús resucitado sale al encuentro de su enemigo: Señor Jesús, que como Pablo sepamos reaccionar ante nuestros pecados, y formemos siempre contigo una buena amistad, y vayamos a Ti respondiendo al amor con amor. Ayúdanos a encontrar la Unidad en la diversidad para ser siempre fieles a tu Evangelio.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

12ª Estación.- Jesús encarga su misión a los Apóstoles: Señor Jesús, que llenaste de esperanza a los apóstoles con el dulce mandato de predicar la Buena Nueva, dilata nuestro corazón para que crezca en nosotros el deseo de llevar al mundo, a cada hombre, a todo hombre, la alegría de tu Resurrección, para que así el mundo crea, y creyendo sea transformado a tu imagen.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

13ª Estación.- Jesús asciende al Cielo: Señor Jesús, tu ascensión al cielo nos anuncia la gloria futura que has destinado para los que te aman. Haz, Señor, que la esperanza del cielo nos ayude a trabajar sin descanso aquí en la tierra. Que no permanezcamos nunca de brazos cruzados, sino que hagamos de nuestra vida una siembra continua de paz y de alegría.
 
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

14ª Estación.- La venida del Espíritu Santo en Pentecostés: Dios Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma, Consolador y Santificador nuestro, inflama nuestro corazón, llena de luz nuestra mente para que te tratemos cada vez más y te conozcamos mejor. Derrama sobre nosotros el fuego de tu amor para que, transformados por tu fuerza, te pongamos en la entraña de nuestro ser y de nuestro obrar, y todo lo hagamos bajo tu impulso.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V: Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R: Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Oración.- Señor y Dios nuestro, fuente de alegría y de esperanza, hemos vivido con tu Hijo los acontecimientos de su Resurrección y Ascensión hasta la venida del Espíritu Santo; haz que la contemplación de estos misterios nos llene de tu gracia y nos capacite para dar testimonio de Jesucristo en medio del mundo. Te pedimos por tu Santa Iglesia: que sea fiel reflejo de las huellas de Cristo en la historia y que, llena del Espíritu Santo, manifieste al mundo los tesoros de tu amor, santifique a tus fieles con los sacramentos y haga partícipes a todos los hombres de la resurrección eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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