“Esta fue la culpa de su hermana Sodoma: ella y sus hijas tenían orgullo, exceso de comida y próspera tranquilidad, pero no ayudaron al pobre y al necesitado”. (Ez 16, 48-49)

miércoles, 11 de agosto de 2010

Oración a San Rafael Arcángel

¡Oh fidelísimo compañero custodio! Tú que velas sobre mí cuando estoy durmiendo, cuando estoy triste tú me consuelas, cuando estoy desmayado me alientas, tú apartas de mí los peligros presentes y me enseñas a prever los futuros, me desvías de los malos y me inclinas a los buenos y me reconcilias con Dios, líbrame de los peligros y olvídame vencer jamás y lleva ante el acotamiento de Dios mis oraciones y todas mis obras buenas, consiguiendo que esta vida sea trasladada a mi alma en gracia de Dios.

Dios te bendiga, Santo Arcángel Rafael, pues tu eres uno de los siete maravillosos Arcángeles del Señor, que trabajas día a día por la obra divina. Guíanos en el camino de la sanación, pues por tu intermedio es sólo Dios el que sana. Tú que caminaste con Tobías, curaste a Tobit, venciste a Asmodeo encadenándolo en Egipto y liberaste a Sara, camina a mi lado, guíame, enséñame y revélame lo que debo hacer. Te pido especialmente, que por la sabiduría que Dios te ha concedido, y apelando con todo mi corazón a la misericordia divina, que nace del Padre, se expresa en el Hijo y se materializa en el Espíritu Santo; que tengas a bien elevar, sanar, proteger y liberar a (decir el nombre del enfermo) que tanto lo necesita. Bendice especialmente sus medicamentos, y a los médicos que lo asisten, para que guiados por la fuerza vivificadora del Espíritu Santo la salud habite en armonía en ese cuerpo, ese espíritu y esa alma de nuestro Señor. Amén.


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