Desde que el 1o de enero de este año fue creado un ordinariato para aceptar a sacerdotes anglicanos casados y con hijos que quisieran formar parte de las filas de la Iglesia Católica, el tema del celibato perdió toda su fuerza. No entinedo la necesidad de discutirlo, todo caerá por su propio peso. De todas formas es interesante ver cómo nuestro actual Papa alguna vez abogó por su revisión.
El Papa firmó en 1970 un documento que cuestionaba el celibato
28/01/2011 Religión Digital
Benedicto XVI tuvo dudas sobre el sentido de mantener la regla del celibato sacerdotal cuando era un joven profesor de teología en Alemania. Así lo indica un documento, que hasta ahora se había mantenido inédito y que ha sido publicado por la revista 'Pipeline', órgano de difusión del Círculo de Acción de Ratisbona (AKR) -grupo de católicos críticos- del que se hace hoy eco el diario 'Süddeutsche Zeitung'.
Joseph Ratzinger, el actual Benedicto XVI, aparece entre los firmantes de aquel documento, fechado el 9 de febrero de 1970 y enviado a la conferencia episcopal alemana.
Un borrador del documento quedó en el archivo del teólogo Karl Rahner, uno de los firmantes del mismo, y un antiguo colaborador suyo lo puso a disposición de la AKR.
"Nuestras reflexiones apuntan a la necesidad de una urgente revisión y un tratamiento diferenciado de la regla del celibato para la iglesia alemana y para la iglesia universal", dice el documento entre cuyos firmantes están, además de Ratzinger, personalidades como Karl Lehman, posteriormente cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, y Walter Kasper, actualmente cardenal en la curia romana.
Ratzinger y los otros teólogos expresan su preocupación de que la regla del celibato no sólo lleve a una escasez de candidatos al sacerdocio sino también a una disminución del talento de aquellos que optan por la vida sacerdotal. Los teólogos apuntan a la dificultad de vivir el celibato en el mundo actual.
Por una parte, la vida en solitario lleva muchas veces a la pérdida de reconocimiento de los sacerdotes en sus comunidades. Por otro, el ejercicio de la continencia sexual en un mundo lleno de estímulos eróticos resulta cada vez más difícil.
El documento advierte que si el tema del celibato no es discutido al más alto nivel, éste tarde o temprano estará siendo discutido en un nivel más bajo, y expresan sus temores acerca de una pérdida de autoridad de los obispos y de una deserción masiva de sacerdotes.
El documento recuerda que el celibato no es un dogma y dice que si no es posible reclutar suficientes sacerdotes jóvenes entonces la Iglesia está obligada a una modificación.
Ratzinger tenía 42 años cuando fue redactado el documento y era profesor de teología en Ratisbona.
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