¡Qué alegría da recibir a una pequeña en la comunidad del Señor! Pero más alegría da todavía recibir este tipo de gesto profético que representa en si mismo un paso adelante en el camino de la Iglesia hacia la inclusión de los gays. Les dejo la noticia y una entrevista más abajo para se alegren también.
Un matrimonio de lesbianas consigue bautizar a su hija sin trabas de la Iglesia.
19 de octubre de 2010 20 Minutos
Daniela tiene siete meses y fue bautizada este domingo. Su caso sería uno más entre los múltiples bautismos que se celebran todos los días en España, salvo por una particularidad: recibió el sacramento arropada por sus dos mamás.
Y es que 2010 está siendo un gran año para Clara y Lucero. Contrajeron matrimonio en enero, tuvieron a su hija en marzo y ahora acaban de conseguir que un párroco la bautice y que incluya a ambas como madres en el certificado de bautismo, a pesar de la postura que la Iglesia frente a la homosexualidad. "Siempre supimos que queríamos bautizarla", asegura Clara, mamá biológica de la pequeña Daniela. "Ambas somos creyentes y decidimos educar a nuestra hija dentro de la religión católica", explica a 20minutos.es.
No ha habido trabas que les impidieran conseguir su objetivo. Familiares y amigos de ambas se daban cita este domingo en una parroquia de Cáceres para asistir al bautismo de la pequeña Daniela. El sacerdote se limitó a comprobar que se cumplían los requisitos contemplados por el Derecho Canónico, es decir, "que den su consentimiento los padres, o al menos uno de los dos" y que "haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica".
"Es un párroco distinto, como deberían serlo el resto. Todos somos iguales ante Dios y ellos deberían seguir su palabra", afirma Clara sobre este sacerdote, que en ningún momento puso impedimentos al bautismo por la condición sexual de las progenitoras. "Somos dos personas que se quieren y que decidieron formar una familia y por ello nos casamos. A partir de ahí debemos tener los mismos derechos que el resto", sentencia.
Y es que "un párroco no puede negar el bautismo de un niño que cumpla las condiciones previstas por el Derecho Canónico, independientemente de la condición sexual, raza o nivel económico de los progenitores", subrayan fuentes eclesiásticas consultadas por 20minutos.es. No obstante, frecuentemente se dan casos de demora de los bautizos, si el sacerdote considera que no existe una garantía suficiente de que el niño vaya a recibir una educación cristiana, según reconocen estas fuentes.
"No tenemos constancia oficial de que hayan producido casos similares al de Daniela, donde ambas madres figuren en la partida de bautismo", destaca Miguel Ángel Sánchez, presidente de la Fundación Triángulo. "No obstante, sí es probable que se hayan dado y que los progenitores hayan decidido mantenerlo en secreto para evitar problemas", matiza.
Luisa Notario, vocal de Diversidad y Familias de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), se muestra de acuerdo con Sánchez. "Yo misma conozco a una pareja homosexual que bautizó a sus mellizos", asegura, aunque agrega que "normalmente nadie quiere hacerlo público".
"La Iglesia católica es muy amplia y hay párrocos para todo", explica Notario, subrayando que "la fe no tiene nada que ver con la orientación sexual de los progenitores". "Afortunadamente, cada sacerdote tiene el poder de pensar y obrar en consecuencia", concluye.
"El párroco que ha bautizado a la niña tiene la mente abierta"
19 de octubre de 2010 Hoy.es
José María Núñez Blanco (Barcarrota, 1971) está feliz por Clara y Lucero, las dos mujeres lesbianas que el domingo decidieron bautizar a su hija en la parroquia de Guadalupe, en Cáceres. El gesto, dice, «es un canto a la igualdad». Él lleva más de una década al frente de la sede extremeña de la Fundación Triángulo luchando por la igualdad de derechos políticos y sociales para gais, lesbianas, bisexuales y transexuales. Es economista y trabaja como profesor en la Universidad de Extremadura.
-¿Cuál fue su reacción al enterarse de la noticia?
-Me alegré mucho por ellas. Estoy muy contento porque han podido satisfacer un deseo propio. Son cristianas y, como tal, han querido que su hija fuera bautizada. Ellas, como madres, han podido dar a su hija lo que creen que es mejor para ella, igual que la mayoría de las familias. Me parece muy bien que no haya habido ninguna reacción negativa por parte de la Iglesia Católica, que podía haber tenido una reacción contraria. El párroco que ha dado la bienvenida a la Iglesia Católica a Daniela a través del bautizo ha tenido una mente abierta y, evidentemente, conocía a sus dos madres. La fotografía de la ceremonia es un icono cargado de futuro. La imagen de las madres bautizando a su hija junto a la pila bautismal es un canto a la igualdad y a lo que puede ser la convivencia, lejos de estereotipos y de cualquier otra limitación mental.
-¿No le resulta llamativo que la Iglesia no apruebe los matrimonios homosexuales pero sí bautice a sus hijos?
-La Iglesia Católica no aprueba el reconocimiento de la pareja homoparental pero, aunque existen reacciones muy contrarias al avance de nuestros derechos, hay otra parte de la Iglesia con opiniones mucho más moderadas que no tiene problemas para reconocer la normalidad. La actitud de este párroco me parece un paso más hacia lo que debe ser la naturalidad y la normalidad. La realidad de la Iglesia va mucho más allá de su jerarquía. Siempre ha habido colectivos dentro de la Iglesia que nos han apoyado. Además, muchos gais y lesbianas son cristianos y católicos.
-¿Existen precedentes o éste ha sido el primer bautizo de un niño con padres del mismo sexo?
-No lo sé. Yo esta mañana -por ayer-, he colgado con mucha cautela vuestra información en el 'Facebook' diciendo que era el primer caso de Extremadura. No conozco que exista otro pero tampoco sé que no lo haya. Puede haber ocurrido perfectamente y que las personas hayan querido que transcurriera con discreción. A nivel nacional, tampoco ha trascendido un hecho así. Si no, hubiera sido noticia.
-Existe un debate sobre si estos actos deben hacerse públicos o no. Hay quien apunta que su difusión atenta, precisamente, contra el derecho a la igualdad que tanto reivindican las parejas homoparentales.
-Escuchamos muchas veces ese discurso. Una cosa es que estas madres hubieran llevado a su hija al plató de 'Sálvame' cobrando dinero y otra es que se reconozca como una noticia, que lo es. Si las madres hubieran querido que no trascendiera, hubiera sido así. Pero la invisibilidad no le viene bien a nadie. Tenemos que diferenciar claramente entre lo que significa salir haciendo ostentosidad de algo y lo que es la absoluta normalidad. La vida de gais y lesbianas en el 99 por ciento de los casos es absolutamente cotidiana, aburrida y normal. Y eso es lo maravilloso. Lo que no tenemos que asumir como una obligación es que el ocultamiento sea bueno para vivir esa normalidad. Ya hemos tenido muchos siglos a nuestras espaldas de represión histórica y de necesidad de invisibilidad porque, entre otras cosas, nuestra integridad estaba en juego.
-Clara, una de las madres de la niña recién bautizada, dice que todavía queda mucho por hacer en la lucha por la igualdad de derechos. ¿Qué les urge?
-Todavía quedan muchas cosas por hacer pero una de nuestras urgencias es trabajar más la realidad social. En este país lo normal es que primero exista un problema y después se encuentre la solución legislativa. En nuestro caso, tenemos los derechos pero todavía sigue siendo difícil para muchas personas interiorizarlos. La educación es un instrumento fundamental.
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