Teólogo católico de USA, que se ha distinguido por sus estudios sobre la homosexualidad y el amor cristiano, especialmente en relación con el clero. Ha estudiado en la universidad de Austin, doctorándose en filosofía (1977) y la Facultad de Teología de la Universidad de Granada España, donde ha preparado su tesis doctoral en teología. Ha sido formador en un Seminario Católico y desde el año 1978 ha enseñado en la Universidad de Dallas. Actualmente en profesor de teología en la Universidad de Harvard.
Se declara abiertamente gay y se sigue considerando católico, a pesar de las críticas que ha recibido por su obras, especialmente por su oposición a la Carta de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la fe (1986), donde la jerarquía de la Iglesia Católica acusaba a los homosexuales y les prohibía de hecho el acceso a los ministerios sagrados, prohibición que ha ratificado en publicaciones posteriores. Es profesor de teología en las universidades de Emory y Harvard.
A su juicio, el catolicismo en general y el sacerdocio en particular están marcados de hecho por una cultura “homoerótica”. Tanto el poder clerical como la articulación de las congregaciones religiosas (sólo de varones, sólo de mujeres) producen unas ricas articulaciones de deseo homosexual, que la iglesia jerárquica de estos últimos años ha querido “proteger” a base de prohibiciones, que sirven para ocultar la realidad. M. D. Jordan se considera católico, homosexual y “tomista”, en el sentido más profundo del término, como muestra su tesis: Ordering Wisdom: The Hierarchy of Philosophical Discourses in Aquinas (Publications in Medieval Studies 24. Notre Dame 1986) y también su obra clave: Rewritten Theology: Aquinas After His Readers (Challenges in Contemporary Theology (Chicago 2005). Desde ese fondo quiere defender el valor de la homosexualidad como una forma intensa de amor, que debe ser no sólo aceptada, sino incluso promovida por la Iglesia, desde la perspectiva de la naturaleza que busca su perfección en el amor hacia sí misma, y no sólo (ni principalmente) en la procreación
Los rituales católicos son un despliegue de cultura homosexual, tanto por la forma de vestirse como por la forma de actuar de los ministros. El reconocimiento de ese fondo homosexual puede servir de ayuda para el despliegue de un tipo de catolicismo rico de simbolismo, donde una gran parte del clero no tenga que ocultar su condición homosexual ni corra el riesgo de traducirla y ejercerla a escondidas, con peligro de pederastia, como en la actualidad. Jordan quiere mantenerse católico, pero afirma que el Vaticano ha tomado un camino del que no se apartará en los próximos años. Por eso defiende ahora de hecho la posibilidad de crear una Iglesia Católica Cismática, donde pueda desplegarse de un modo abierto las posibilidades afectivas y simbólicas de los homosexuales.
Su primera obra de gran éxito fue The Invention of Sodomy in Christian Theology (Chicago 1997; version cast. La invención de la sodomía en la teología cristiana, Barcelona 2002). En ella afirma que el “pecado” de la sodomía es un invento moderno, que se articula a partir del siglo XI (cuando se impone un clero poderoso, con un control político social sobre las comunidades). A partir de entonces ha escrito obras como The Silence of Sodom: Homosexuality in Modern Catholicism (Chicago 2000), The Ethics of Sex (Oxford 2001), Telling Truths in Church (Beacon 2002), Blessing Same-Sex Unions (Chicago 2005), y Rewritten Theology: Aquinas After His Readers (Oxford 2005). También acaba de editar Authorizing Marriage?: Canon, Tradition, and Critique in the Blessing of Same-Sex Unions (Princeton 2006). En esos y otros libros, M. D. Jordan supone que el problema actual de la discusión sobre la homosexualidad (y el riesgo de pedofilia del clero de una Iglesia como la de USA) sólo se puede superar cuando se reconozcan abiertamente los problemas de fondo, desde una visión transparente del amor cristiano, en línea de fraternidad. En el fondo, no es un problema de sexo, sino de poder.
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